4. Contraataca con habilidades del éter oscuro.
El artefacto que escojas como parte de tu armamento determinará la entidad del éter oscuro a la que tu agente estará vinculado y, por tanto, qué habilidad le conferirá esa sinergia.
Mina de energía: El dragón de Saraxis genera un explosivo de éter que inflige un daño masivo a los enemigos que lo activan. Úsala para hacer volar por los aires a los no muertos en cuellos de botella o como último recurso para escapar de sus garras.
Velo de éter: La máscara de Bellekar te traslada al éter oscuro y enmascara tu presencia frente a los enemigos durante 5 segundos. Actívalo para escapar de una muerte inminente o simplemente para colocarte en una posición mejor para matar zombis.
Anillo de fuego: La espada de Inviktor produce un anillo de fuego de éter que aumenta el daño de todos los que estén dentro. Dura 15 segundos. Cuando te enfrentes a un gran número de zombis o a un Sturmkrieger cabreado —pronto hablaremos de él—, esta habilidad os dará a tu equipo y a ti el aumento de daño que necesitáis para acabar con los enemigos rápidamente.
Detonación gélida: El cuerno de Norticus invoca un vórtice helado que daña a los enemigos con la detonación inicial y ralentiza a los que se adentran en él. Deja helados a tus enemigos y ralentízalos considerablemente. Aprovecha para darles con todo mientras se mueven a paso de tortuga durante unos instantes.