A partir de aquí, se desata el caos: después de irrumpir en la sala, un operador cae y la plataforma entra en estado de alerta máxima. Una bengala se lanza al cielo mientras recogemos equipamiento táctico y bajamos a la cubierta principal. Desde allí, montamos un contenedor en el barco.
Tras eliminar a todo el mundo a bordo, Soap y Graves encuentran el contenedor del misil en un helipuerto, pero le faltan los controles.
Graves avisa por radio a otro oficial de alto rango del cuartel general de que los controles están en un barco yéndose de la plataforma. La respuesta del oficial es tajante:
"Ya conoces las órdenes. Evita el lanzamiento".
Bajamos haciendo rápel hacia el conductor del barco. Aquí empieza una persecución que acaba con un aterrizaje forzoso en la cubierta principal que deja ensangrentado a todo el pelotón, pero con fuerzas para recuperar la compostura. Al ponernos de pie, nos damos cuenta de que el barco está a merced del mar picado. Todo humano o aquello que no esté clavado al suelo se desliza por el barco.
Este solo es un ejemplo de cómo las misiones de la campaña serán más dinámicas y se sentirán más vivas, algo con que el Call of Duty®: Modern Warfare® original ya empezó a innovar en comparación a juegos anteriores. Los jugadores no solo tendrán que enfrentarse a enemigos, sino también a los elementos, como al bucear para infiltrarte en territorio enemigo.
En esta misión nos quedamos por encima del nivel del mar, pero por poco. Moviéndonos por el barco para evitar el fuego enemigo y que nos aplasten varias toneladas de metal, llegamos a la bodega anegada, donde una ola elimina a un soldado antes de que podamos rematarlo.
Al llegar a la entrada del puente, nos preparamos para irrumpir en la cabina con Graves...
Para el resto, tendrás que esperar a octubre.
Pronto habrá más información — Reservas ya disponibles
